martes, 16 de octubre de 2018

Bienvenido Cáncer querido!!!



Dios tronó los dedos y mi vida dio un drástico cambio, no de esos de 360° en los que damos la vuelta y terminamos en el mismo sitio donde empezamos como si nada hubiera pasado; no, éste fue de 180°. Uno que me hizo re valorar mi vida y pensar lo que era valioso y que no.

Luego de unos análisis y exámenes me confirmaron lo que ya sospechaba, que el pequeño trastorno en mi seno era cáncer en estadio III.

Esas simples palabras me envolvieron en un torbellino de pensamientos y preocupaciones, pero decidí postergarlas y sólo compartir la noticia con mi esposo, ya que en ese momento era más importante para mi ser mamá y finalizar unas gestiones que estaba realizando para mí hijo, que podrían definir su futuro, su vida.
2 días antes de que yo pudiera decir “misión cumplida” como madre, sufrí el robo de una importante suma de dinero y el rompimiento de mi matrimonio.  
Así me tocó afrontar el momento de mi verdad, ese que lo había postergado por algún tiempo.  

Vaya que fue un cambio de 180°.

Durante los siguientes meses se sucedieron las pavorosas quimioterapias y sus temerarios efectos secundarios, asumir la mutilación de mi cuerpo y que mi vida cambiaría a partir de ese momento, no sin antes pasar por la incertidumbre de ¿Cuánto tiempo de vida me queda?, pregunta irremediablemente relacionada con el cáncer.

Sin embargo, ¡Estoy muy agradecida! ¿Cómo no estarlo?





El cáncer me obligó a crecer y apreciar la vida de una forma diferente: corta o larga, no importa; pero llena de momentos brillantes, llenos de luz, alegría… días inolvidables, y también difíciles, de duelo y de dolor… lo que fuera. Hoy no estoy libre del cáncer, pero veo la vida con optimismo, es una aventura llena de retos, experiencias y aprendizajes… ¡Es Vida!

Me enseñó a valorar mi tiempo, a entender la frase “mejor sola que mal acompañada”, a valorar la verdadera amistad, el verdadero amor y las sinceras muestras de solidaridad.
A darme cuenta que Dios siempre estuvo conmigo, cuidándome, guiándome, acompañándome, ¡Que he sido bendecida con la vida!