Mi corazón latía cual caballo a galope, se salía de
mi pecho!
Manos crispadas, moradas, duras, dos rocas.
Uñas clavadas. Profundos surcos indoloros.
Mis ojos ya vidriosos, se esforzaban por
esclavizar esas lágrimas.
Diminutas, insignificantes, revoltosas, con
equivoco derecho a mostrarse.
Incontenibles gotas de hondo lamento, las de nunca
en mi.
Mi mente permanecía en blanco y al mismo tiempo,
ráfagas de relatos compartidos, de momentos
deseados,
de sensaciones, de sentimientos, de pasiones…
Sólo entonces, mi boca habló suplicante:
Y ahora, ¿Qué hago con todo este amor por ti?
me gusto ! :) (sin palabras)
ResponderEliminarBuenísimo! Saludos
ResponderEliminar¡Hola Rita!
ResponderEliminarHermoso poema (me sentí identifica bastante) y lindo blog también.
Llegué ni se como pero ha valido la pena. Yo escribo poemas pero por ahora no los comparto (si publiqué unos relatos tragicómicos en http://cuentosypoemas.com).
Espero que vuelvas a escribir por aquí.
Saludos,
Juana
Muy bonito. Felicitaciones!
ResponderEliminarMuy bonito. Felicitaciones!
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