Mientras duermes, yo te observo
con ojos de mujer enamorada.
Entrecierro los ojos,
los recuerdos vienen a mí,
cual ráfagas de viento en cálido otoño.
En mi mente te veo.
Traviesa sonrisa de niño bueno,
mirada de cómplice en andanzas certeras,
manos torpemente ansiosas cuando me acaricias…
Me dejo llevar por mis evocaciones.
te traigo a mi piel.
Eso basta.
Ahora, ya no duermes…
con ojos de mujer enamorada.
Entrecierro los ojos,
los recuerdos vienen a mí,
cual ráfagas de viento en cálido otoño.
En mi mente te veo.
Traviesa sonrisa de niño bueno,
mirada de cómplice en andanzas certeras,
manos torpemente ansiosas cuando me acaricias…
Me dejo llevar por mis evocaciones.
te traigo a mi piel.
Eso basta.
Ahora, ya no duermes…
Todo lo que pudiéramos hacer cuando la amada duerme...El descanso después del amor, pequeña muerte, sublime muerte...
ResponderEliminarBello poema.
Un abrazo cordial
Muy bonito poema, mas cuando cierras los ojos y piensas en la persona que amas y al abrirlos sentir su calor porque se encuentra a tu lado.
ResponderEliminarBesos amiga.
Marion
Buen poema.
ResponderEliminarY despertó!
ResponderEliminarHermosa imagen, me he bebido el poema de un trago