El dulce susurrar de la mar me despierta.
Los rayos de luz se filtran por la ventana,
bañada toda ella con gotas de rocío.
Todo lo demás es silencio.
Siento la omnipotente presencia de tu ausencia.
Dejaste únicamente tus desvanecidas sombras,
que en vano trato de retener.
Al ponerse el sol, me siento junto a la ventana.
Ahora, gotas de rocío bañan mi cara
cual perlas apenas suspendidas.
Súbitamente y por sólo un instante,
de lo más profundo de mis sensaciones
el sabor de tus melodiosas caricias
y tus palabras de deseo me abordan.
Quisiera tener alas para alcanzarte.
domingo, 21 de junio de 2009
Mi Amado Ausente
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Este poema.. me gusta mucho tu poesía, me gusta la ternura y la femeneidad que transmites..
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