Cuanta sensualidad puede transmitir una persona con el sólo movimiento de sus manos! pensé el día que observé bailar por primera vez a Marcia, mi profesora de danza árabe. Ella logra la perfecta unidad al reunir magistralmente lo espiritual y lo terrenal en su danza, con armonía, con creatividad, con ritmo y feminidad.
Con su torso, aplicando desplazamientos suaves y delicados, exponen el lado místico de su ser, sus brazos y manos asemejan las alas frágiles y etéreas de un cisne. De la cintura para abajo, intercalando movimientos muy particulares, de ondulación, de golpe y vibración; sensuales y enérgicos, logra expresar lo material, valiéndose de sus caderas para exteriorizar la sensualidad femenina.
Su cuerpo físico, ataviado con adornos, brazaletes, monedas y velos de vivos colores, es la herramienta que le permite revelar sus otros cuerpos etéreos y al mismo tiempo, la libertad femenina, sin culpas, sin bloqueos, liberando su espiritualidad y su sensualidad, mitificando la imperecedera seducción.
Luego de conocer al ser humano detrás de la “odalisca”, mi asombro es todavía mayor, no sólo por su dulzura y talento, sino también por su paciencia y vocación por difundir este arte entre mujeres como yo, quienes al realizar este baile, sentimos que emergen sensaciones ocultas, eternamente reprimidas, inconcientes, concediéndonos la reconciliación con nuestro cuerpo y el despertar de nuestra sensualidad dormida.
Con su torso, aplicando desplazamientos suaves y delicados, exponen el lado místico de su ser, sus brazos y manos asemejan las alas frágiles y etéreas de un cisne. De la cintura para abajo, intercalando movimientos muy particulares, de ondulación, de golpe y vibración; sensuales y enérgicos, logra expresar lo material, valiéndose de sus caderas para exteriorizar la sensualidad femenina.
Su cuerpo físico, ataviado con adornos, brazaletes, monedas y velos de vivos colores, es la herramienta que le permite revelar sus otros cuerpos etéreos y al mismo tiempo, la libertad femenina, sin culpas, sin bloqueos, liberando su espiritualidad y su sensualidad, mitificando la imperecedera seducción.
Luego de conocer al ser humano detrás de la “odalisca”, mi asombro es todavía mayor, no sólo por su dulzura y talento, sino también por su paciencia y vocación por difundir este arte entre mujeres como yo, quienes al realizar este baile, sentimos que emergen sensaciones ocultas, eternamente reprimidas, inconcientes, concediéndonos la reconciliación con nuestro cuerpo y el despertar de nuestra sensualidad dormida.
Marcia Samina
2780195 /2689016/97356748
MUCHAS GRACIAS RITA,POR TUS PALABRAS, AGRADESCO MUCHO QUE HAYAS DEDICADO TU ESPACIO PARA ESCRIBIR SOBRE MI, Y DE LO QUE PIENSAS DE LA DANZA. TIENES UNA MUY BONITA PAGINA Y MUY INTERESANTE, TE FELICITO DE TODO CORAZON,BESOS.
ResponderEliminarMARCIA.
¡¡Rita!!, no me digas que estas aprendiendo a bailar la danza del vientre, si es así espero una demostración cuando llegue, porque según lo que has escrito tu maestra debe ser muy buena .
ResponderEliminarEsperare verte bailar, un besote.
Hola Rita, yo pienso lo mismo de Marcia, ahora no pude seguir en su clase pero tambien espere muchos años para encontrar quien lo enseñe y con tal vocación, ella es lo máximo, y esta muy bonito tu blog, saludos Nancy
ResponderEliminarHola ..soy Sonia alumna de Marcia y si tienes toda la razon nuestra profe es lo maximo!!!
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